En el grabado láser, rayos láser eficaces vaporizan una parte de la tela para exponer una cavidad considerable debajo de su superficie. La cavidad resultante forma la marca. Para lograr esto, el grabador láser debe generar el calor suficiente para vaporizar la tela en milisegundos.
El grabado láser crea profundidades de marcado que van desde 0,0001 a 0,005 pulgadas, mientras que el grabado láser profundo crea profundidades superiores a 0,005 pulgadas. La profundidad se amplía con la ayuda de pulsos láser repetidos. La marca producida es resistente a la abrasión y continúa siendo legible después de los tratamientos posteriores al proceso.
Esta técnica es apropiada para casi cualquier tipo de metal, plástico, madera, cuero, vidrio o cerámica. Tiene un menor riesgo de dañar o deformar la tela que el proceso de grabado mecánico.
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